¿Somos financieramente responsables?

La ética del sistema financiero se ha convertido en uno de los grandes retos del siglo XXI

Las entidades financieras tienen la responsabilidad de crear modelos de gestión innovadores para la sociedad basados en la RSC

Lo más importante para los bancos es recuperar la reputación perdida durante la crisis

 

EUDE Business School ha acogido la celebración del seminario ‘¿Somos financieramente responsables?’ que se enmarca dentro de un ciclo de tres conferencias organizado en colaboración con el Global Center of International Studies. Durante esta jornada se ha afrontado el compromiso que deben tener las entidades financieras para fomentar la gestión ética y responsable de las finanzas.

“Las entidades financieras deben actuar bajo una responsabilidad y sostenibilidad en los mercados donde operan”, tal y como señala Enrique Castelló, coodirector del Global Center of International Studies, quien define la Responsabilidad Social Corporativa como “el compromiso social voluntario de las empresas en la sociedad”. Castelló identifica dos hitos de los que, asegura, nace la Responsabilidad Social Corporativa: en 1999, Kofi Annan, presidente de la ONU propuso el pacto mundial de Naciones Unidas y en 2001 la Comisión Europea publicó el Libro Verde dedicado a la responsabilidad social corporativa y, así, se establece una ética en el comportamiento de las empresas. “Con estos acontecimientos se intentaba paliar el mal comportamiento de las organizaciones empresariales”, señala Castelló.

La banca tradicional se ha caracterizado por los productos, la red de sucursales y los clientes. Y reconoce Castelló que ahora el orden ha cambiado situando en primer lugar a los clientes como foco del negocio porque “ya no es tan importante el producto sino cómo atiendes al cliente y cómo de responsable es”. Los canales de distribución ocuparían el segundo lugar y los productos, el último.

Actualmente, la banca se enfrenta a nuevos retos que implican la generación de confianza a largo plazo ya que se ha convertido en el principal activo de un banco. También señala Castelló que hay que recuperar valores éticos y sociales que quedaron olvidados por la codicia. La creación de un capital reputacional corresponde a los empleados del banco tal y como señala Castelló que, además, aboga por una regulación más simplificada porque “regular más no es positivo, hay que hacerlo mejor”. La transparencia y el buen gobierno corporativo junto con el compromiso social, la calidad de servicio al cliente y el fomento del desarrollo profesional de los empleados son otros de los retos que debe afrontar la nueva banca.

Por su parte, David Menéndez, director de Responsabilidad Corporativa de Bankia, añade que en la entidad “hemos tenido que ganarnos nuevamente la confianza de la sociedad promoviendo una mirada más amplia e integradora porque las cosas que antes no se tenían en cuenta, ahora pueden desestabilizar las empresas”, reconoce, “los intangibles son muy importantes”.